Después de que el pasado miércoles en la imposición de la ceniza, la liturgia nos recordara que somos polvo y en polvo hemos de convertirnos, celebramos este primer viernes de Cuaresma el primero de los Viacrucis que sustituirán en este tiempo litúrgico a los cultos que habitualmente celebramos cada Viernes del año en honor de Nuestros Sagrados Titulares.
Una buena participación de hermanos en los mismos y la lectura de las catorce estaciones del camino hacia la Cruz, fueron leídas por miembros de nuestra Junta, hermanas, jóvenes, hermanos y hermanos costaleros. Un ambiente de recogimiento acompañó este recuerdo al camino que llevó al Salvador del Mundo hasta su Cruz Redentora.
Siempre, queda la espinita, de que mientras en el interior del Templo, nos unimos en oración en torno a Jesús Sacramentado en su advocación de las Misericordias y a Maria Santísima de la Candelaria, en el exterior del Templo, haya cada semana, un numerosísimo grupo de costaleros que dejan de lado esta oportunidad de ponerse ante esos a los que llevan sobre sus hombros el Lunes Santo. No puedo, ni podré entender nunca esta postura.
