EL ADIOS DEFINITIVO

A las cinco de la tarde, esa hora lorquiana, llegaba escoltado por motoristas de la Guardia Civil, cuerpo al que pertenecía , el coche funebre que transportaba los restos de nuestro Hermano José Manuel, Compañeros de uniforme, en posición de firmes y  saludando a la mano, esperaron el momento en que fué cogido a hombros por costaleros de las cuadrillas de nuestra Hermandad. Rostros circunspectos llenos de contenida emoción, trajes negros, corbatas de luto y una serena pena, que escondían tras muchos gafas de sol a pesar de la inclemencia del día, lagrimas imposibles de contener, y un templo abarrotado de familiares, amigos, y decenas de hermanos de la Hermandad y de Guardias Civiles y representantes de otros Cuerpos de Seguridad del Estado.
Nuestro Director Espiritual, comenzó la Santa Misa después de haber situado el feretro cubierto con las banderas de España y de la Hermandad, ante el Altar Mayor.
Voces endurecidas por el momento, dieron lectura a la palabra de Dios. En su Homilía retumbaron en nuestros oidos las palabras Tristeza y Esperanza de las que tan buena exposicíón y tan llenas de sentimientos proclamo Don Luis.
Terminado el funeral, y tras ser transmitido el pésame de nuestro Obispo, Don José,a su familia, le fué entregada por la Guardia Civil a Maricuz, la Bandera de España que cubríó el féretro durante la ceremonia, y a hombros de compañeros Guardias Civiles, fué llevado de nuevo al coche fúnebre, no sin antes haber oido de la boca rota por el dolor de nuestro Secretario, la Oración por los Hermanos Difuntos de la Hermandad.
DECIMOS, ADIOS A NUESTRO HERMANO JOSÉ MANUEL.
DURANTE SU VIDA, ADORÓ CON FE TU CUERPO SACRAMENTADO, SEÑOR, Y OS TUVO UNA VENERACIÓN MUY DEVOTA EN TU ADVOCACIÓN DE LAS MISERICORDIAS, Y A MARIA TU SANTÍSIMA MADRE, EN LA DE LA CANDELARIA.
ANTE VOSOTROS, ESTÁ SU CUERPO SIN VIDA. TE PEDIMOS MADRE, QUE TU QUE LO COBIJASTE BAJO TÚ MANTO Y LE BRINDASTE EL FUEGO INMENSO DE TÚ AMOR, LO, LLEVES DE LA MANO ANTE TU HIJO AMADO, NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO Y QUE EL LO PRESENTE ANTE EL PADRE PARA QUE POR SU MUERTE REDENTORA, LO ACEPTE, LE PERDONE SUS FALTAS Y LE PERMITA DISFRUTAR DE LA VIDA ETERNA.
QUE NUESTRO HERMANO JOSÉ MANUEL, POR TU MISERICORDIA, SEÑOR, JUNTO CON TODOS LOS HERMANOS DIFUNTOS DE ESTA HERMANDAD, DESCANSE EN PAZ. AMÉN.
De nuevo fué recibido por sus compañeros en posición de firmes, hasta que una vez depositado en el furgón, partió escoltado por sus compañeros hacia el tanatorio en su último viaje.
Un abrazo, Guardia. Un beso José Manuel.