Serán muchos los fieles que acudan a depositar junto a su beso, sus cuitas, sus peticiones, sus agradecimientos y sus anhelos.
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A las ocho de la tarde, en la penumbra del Templo y con un gran número de fieles y hermanos junto a nuestro querido Director Espiritual, se ha puesto fin a esta jornada de Besamanos.
La Plegaría, las saetas de Isabel, María José y Juan Alvaro, han puesto ese punto que faltaba para desbordar serenamente la emoción.
Una jornada de enhorabuena para todos los candelarios.
LA SAETA
Con sudor frio, y descalzo,
Va caminando Jesús,
Las fuerzas le van fallando,
por no poder con La Cruz
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